6 de julio de 2010

Sueños Repetidos



Tengo sueños repetidos diariamente en mi memoria,
Semejantes a ti y a esa carita, que doblegando mi voluntad en un sutil encanto, me va envolviendo y me enamora.
Me imagino sumergida en una interminable quimera, caminando en el cielo de mi inocencia acolchonada de nubes nostálgicas y el eterno calor de tu abrazo.


Te extraño inequívocamente.
Es por eso que voy por encima del cielo,
de lo posible e imposible, navegando a través de la oscuridad de la noche, sin ningún temor, para acurrucarme en tu espalda, quedarme allí donde tu estas y sentirme protegida.

No sabes lo que te cuido en mis eternas noches de desvelo,
me siento a tu lado, y te miro tiernamente, acariciando suavemente
tu pelo e intentando que no se escape un sollozo de mis adentros.

Mientras tú mi príncipe duermes, yo me acerco despacio a tu rostro,
tanto así, que puedo sentir tu respiración y hasta el suave latir de tu
corazón traspasar cada fibra de vida en mi.
Te miro con ternura susurrándote al oído lo mucho que te amo.
Tú nunca me escuchas, pero sí los ángeles que junto a mi,
noche a noche te cuidan.

Ocupas los espacios vacíos y fomentas la razón de ser de mi poesía
en prosa, en esos momentos en los que puedo mirarte y encontrarme
con el crepúsculo de tus ojos.

Tengo sueños repetidos diariamente en mi memoria,
tengo luceros, tengo duendes guardados en mis silencios.
Y una cajita guardando los besos que no te he dado, mientras me siento en el anden de un universo cansado, esperando a que anochezca, para sentarme a tu lado y susurrarte al oído lo mucho que yo te amo.

12 de abril de 2010

Laberinto



En la penumbra del laberinto existencial, transitan las cuatro estaciones, hay días de lluvias, días de sol, aun no paso el primer otoño, y la mayoría del tiempo es invierno.
Ella camina despacio, tratando de descifrar cosas escritas en las paredes de sus pensamientos, pero son complicados jeroglíficos que no logra descifrar.

Se encuentra con espejos en los que se refleja de diferentes maneras, tropieza con el calidoscopio que va dando colores y matices a sus razones de ser. Aun no entiende, pero guarda silencio. El silencio, aunque a veces mortifica, la libera del bullicio de ese mundo exterior al que a veces prefiere no pertenecer, porque siente que se pierde en el.

Escucha frases y uno que otros versos de Neruda, que se van bordando en su memoria por aquello de la ilusión de la vida y su poesía. Porque aunque un tanto contradictorio ella cree, que también en los laberintos existe la poesía en prosa. ¿Y que es el laberinto sino la vida misma? El interminable compendio de ilusiones perdidas y esperanzas que se esfuman como una especie de visión óptica. De repente, la frase de amor que la rescata del abismo; pero solo momentáneamente ya que siempre existe el fantasma que rompe y pisotea de golpe con su indiferencia lo importante de ese sentimiento. Luego, comienza el ciclo y lucha por encontrarse a si misma, con la valentía y toda la pasión que la caracteriza.

Mientras avanza por ese camino, nota como se desprenden desde arriba pantallas gigantes en los que observa cada uno sus recuerdos como película silente proyectados en secuencia. Detiene sus pasos; ya la vence el cansancio. Las noches de desvelo le reclaman a su mente y su cuerpo exhausto: son las tres de la mañana y no logras conciliar el sueño, cierra sus ojos para encontrar un alivio, y solo ve cuerpos rígidos encadenados a los recuerdos con manos incompletas, rostros sin los rasgos físicos característicos de los mismos. La cavidad del pecho de algún ser humano que aparentemente parece conocer pero de momentos es un rostro en blanco, mostrando solo una cicatriz en el corazón de profundidades imposibles de imaginar. Creo que el agotamiento la hace desvariar, estaré tocando fondo, ó a caso me falta aun más; se pregunta con ansiedad.

Antes de quedarse dormida, pide entre sollozos al dueño del universo, al único que hace posible lo imposible que la rescate de su propia búsqueda, es un camino cuesta arriba y ya esta cansada de andar.