17 de abril de 2009

Abril 17, 2009



Cuando lo veo revolotean mariposas en mi vientre, se me corta la respiración y se detiene todo a mí alrededor. Lo amo y no lo puedo evitar, aunque él no sienta lo mismo por mi, yo lo he de querer hasta el cansancio, como se quieren las cosas imposibles de alcanzar.

Aunque no lo vea con mis ojos, lo presiento, lo intuyo y sé que en mis adentros su espíritu baila con el mió y permanece en él por siempre suspendido. Nadie lo ama como yo, nadie jamás podrá amarlo de esta manera, porque este amor no se parece a nada ni a nadie, solo a mí, solo a este delirio mió por él.

Yo lo amo, y solo entiendo la magnitud de mis sentimientos, de mi conexión con este ser maravilloso al que tengo el privilegio de amar. Lo amo y lo amaré por siempre en el misterio de mi soledad.

No hay comentarios.: